Si los nudos de garganta se deshicieran igual que los de unos cordones nunca aprenderíamos a vivir...

viernes, 25 de noviembre de 2011

Tú y Yo, Yo y Tú

No sé quien falla aquí, no sé cual no se aclara. Si no quieres no lo hagas pero por favor, no cambies; ahora bien, si quieres hazlo, lánzate, no esperes mas, tienes mi permiso. Para serte sincera no puedo adelantarme a los acontecimientos, no sé como reaccionaria y confieso que todo esto, en parte, me da miedo, pero también sé que la curiosidad me puede, que tú me puedes. Posiblemente mis ganas superen a mis miedos, pero solo posiblemente, lo verdaderamente cierto seria decir que el deseo supera al miedo solo en algunas ocasiones. ¿Te quiero? Es cierto ¿Cómo? No lo sé. Si se te apetece hagamos que por un momento el tú y el yo se convierta en un nosotros. Hazme salir de dudas y busquemos nuestro momento, solo si se te apetece y no olvides que tienes mi permiso.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Corazón vs. Cabeza

Sabemos que esa persona no nos conviene o al menos no nos corresponderá pero nosotros ahí como verdaderos/as idiotas haciendo gilipolleces, idioteces… Sí, aunque nos duela reconocerlo hay veces que nos arrastramos más de lo que la otra persona se merece, es mas normalmente esa persona no se merece ni si quiera ser nuestro primer pensamiento de cada día (porque sí, porque también es ella la primera persona de la que nos acordamos al despertar).
Después de ver pasar el tiempo y de recibir algún que otro palo es cuando nos damos cuenta de que hemos sido verdaderos/as GILIPOLLAS; sí, en mayúsculas, hemos estado perdiendo el tiempo y lo sabíamos pero recuerda, el corazón no escucha a la cabeza aunque ésta lleve razón. ¿Lo peor? Que aún sabiendo que esa persona no es la que buscamos, que esa persona nos ha decepcionado y que quizás ya tenga hasta pareja, seguimos viendo sus fotos, pensando lo guapo/a que es y lo que nos pone y sí, lo mucho que nos gustaría poder disfrutarlo/a y amanecer en su cama. Es aquí cuando ya puedes considerarte una verdadera idiota pero ya lo advertí, el corazón siempre ignora a la cabeza, él es un músculo liberal que late por si solo y reconozcámoslo, por muy idiota que nos haga y pese a lo que nos hace sufrir, gracias a él seguimos vivo.